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El sueño es la expresión del deseo. Su poder de transformación no está soló en la razón, sino, también en la imaginación, que trata de cambiar el destino.



Alegato final - El Pacto Humanitario

 

En el post de hoy del proyecto ayuda humanitaria PGPB, Plataforma Global Patrón Básico, te presentamos un nuevo capítulo del libro el Pacto Humanitario, que vamos desglosando en capítulos. Queremos lograr ese ingreso básico universal, esa renta básica universal, esa lucha contra el hambre que estamos anhelando con nuestra plataforma Global Patrón Básico. El capítulo de hoy es: Alegato final

 

 

 

Alegato final

 

 

 

      Les rogamos que hagan uso de sus talentos para conseguir la paz mínima, perpetua y mantenida, y conseguir un mundo mejor.

 

      Con el poder de abstracción que posee la mente o el alma, podríamos seguir y seguir explicando los porqués y los cósmos, las maneras y los métodos, la gracia y la virtud... seguir y seguir el desarrollo del contenido del Pacto Humanitario hasta la saciedad. Creemos que este no es nuestro cometido, otros se encargarán de ello, estamos convencidos.

 

      Les pediríamos, como último deseo, que imaginen el concepto de valor mínimo de subsistencia, tal y como está explicado en el libro, y sientan el beneficio del día a día en las personas y en el medio ambiente: la eminente paz universal, la justicia social, la seguridad ciudadana y el adecuado funcionamiento de los servicios de educación, salud, vivienda, y trasporte público.

 

      Percibirán como la vida cotidiana adquiere un sentido más humano, con nuestros mismos ideales y propósitos, creencias y tradiciones o ambiciones sociales, con nuestros comportamientos regidos por las mismas leyes constitucionales de cada país.

 

      En nuestra construcción imaginaria de un mundo civilizado en paz, sin miseria, ni guerras, podemos sentir que la propia educación, experiencia, aptitudes y expectativas serán mejores en el nuevo paradigma, sin duda, podemos comprender que la paz está en nuestras vidas porque de ella emana nuestro conocimiento y el resto de valores.

 

      Aceptar un Pacto Humanitario no requiere cambiar de forma de entender la vida, pues ésta seguirá sus propios designios, teniendo el mismo valor que ahora mismo le damos, el mismo de antes de imaginarlo, con optimismo renovado. Seremos los mismos humanos, más humanos, de acuerdo a nuestra propia identidad, gustos, creencias y valores culturales de pertenencia.

 

      Antes de leer este libro, ya sabíamos que la vida tenía un valor inmenso y que no hay nada que tenga tanto valor que pueda equipararse a ella, es inconmensurable, sin embargo ahora, como creemos haber demostrado, sabemos calcular su mínimo valor de subsistencia y derivar su valor al bien de la comunidad global, para uso y disfrute de todos.

 

      Los paradigmas que definen civilizaciones evolucionan debido a que surgen dentro de ellas anomalías, cuando alcanzan un punto crítico el modelo comienza a ser cuestionado, iniciando el cambio en el que nos encontramos. Durante esta transición hacia un nuevo paradigma, las incertidumbres surgidas provocan confusión entre lo viejo conocido y lo nuevo más avanzado. Como modelo de adaptación a los cambios en el paradigma, en éste libro hemos descrito, las características de lo nuevo, en términos de lo viejo, hemos creado un modelo reconocible como real dentro de la razón del conocimiento dominante. Lo nuevo que proponemos es la adaptación de lo viejo a las nuevas posibilidades de la sociedad telemática.

 

     A pesar de que en los últimos cien años la situación global ha mejorado con grandes avances en tecnología, en medicina y en ciencias y en derechos humanos...; el fin de la esclavitud en los llamados países desarrollados; la liberación de la mujer en la mayor parte de los países... por contra ha habido crisis y despotismos humanos en forma de regímenes totalitarios, cruentas Guerras Mundiales; genocidios y etnocidios; guerras preventivas; políticas de exclusión social o generalización del desempleo y pobreza... Las consecuencias del desarrollo en estos años han sido las diferencias sociales, económicas y tecnológicas, siendo desigual la distribución de la riqueza entre y dentro de los países y ciudades, y en el desnivel de la calidad de vida de los habitantes en distintas zonas y regiones del mundo.

 

      El desarrollo humano nos ha situado en la era de internet y el conocimiento. Las comunidades e instituciones han adquirido la capacidad de participar efectivamente en la construcción de una civilización mundial, próspera, tanto en un sentido material como espiritual. El concepto de desarrollo humano lleva implícito la mejora de las condiciones de vida a través de un incremento de los bienes con los que se puede cubrir las necesidades esenciales, básicas y transcendentales, cosa que requiere un entorno social en el que se respeten los derechos humanos. Desarrollemos humanamente un sistema global de subsistencia como un dictamen imperativo de la naturaleza de la Tierra y pongámonos de acuerdo para salvar el planeta y establecer la paz.

 

     El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define el desarrollo humano como “el proceso de expansión de las capacidades de las personas que amplían sus opciones y oportunidades”. Tal definición asocia el desarrollo directamente con el progreso de la vida y el bienestar humano, con el fortalecimiento de capacidades relacionadas con todas las cosas que una persona puede ser y hacer en su vida en forma plena y en todos los terrenos, con la libertad de poder vivir como nos gustaría hacerlo y con la posibilidad de que todos los individuos sean sujetos y beneficiarios del desarrollo.

 

      Es esencial la divulgación de las intenciones y posibilidades de la idea para que ésta pueda ser conocida por todos. Les suplicamos encarecidamente revelen lo que aquí han leído a todos los que tengan ocasión y aboguen por la celebración de un referéndum global con el que se legitime y se legalice el contrato de futuro constituido con el voto soberano mayoritario favorable a suscribir de por vida un Pacto Humanitario, entre todos y la Organización de las Naciones Unidas.

 

      Es indispensable tener una perspectiva global, la Tierra es la que sufre, y nosotros con ella. No podemos permitirnos pensar sólo en términos locales, es preciso comprender que lo que sucede a escala local tiene un impacto global, y que lo que sucede globalmente afecta a sus respectivos países y comunidades. Los ataques del once de septiembre crearon un doloroso panorama, sirva de recordatorio de la necesidad de colaboración mundial para acometer los desafíos globales. Cuando se trata de trabajar por un mundo mejor, no debería existir barreras entre las civilizaciones.

 

      Debido a las facultades que le confiere la Carta y su singular carácter internacional, las Naciones Unidas pueden tomar medidas sobre los problemas que enfrenta la humanidad en el siglo XXI, como la paz y la seguridad, el cambio climático, el desarrollo sostenible, los derechos humanos, el desarme, el terrorismo, las emergencias humanitarias y de salud, la igualdad de género, la gobernanza, la producción de alimentos y mucho más.

 

      El papel de las Naciones Unidas es fundamental como espacio común para estrechar los lazos de la comunidad global y llegar a acuerdos para refrendar por sufragio universal un Pacto Humanitario. “Pues si bien es cierto que todo ser humano está obligado a procurar el bien de los demás, en cuanto pueda ayudar; y que propiamente no vale nada quien a nadie sirve”.

 

      Les animo a explicar los beneficios que se desprenden del Pacto Humanitario, principalmente: conseguir la paz al dignificar la vida en la Tierra, financiación de subsistencia y de los servicios públicos, y protección del medio ambiente. Apelo a su comprensión, solidaridad, y respeto.

 

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